Más allá de la antinomia sobre que el futbol es pasión de multitudes y un rechazo total para otros, los que no se interesan en el deporte asumen sufrir durante los partidos, no sólo mundiales, sino los usuales, mientras que los que se apasionan con ese juego asumen que los que no son otra raza, de otro planeta, ocupan un lugar en este planeta molestando.

Sin embargo, las naciones cada vez gastan más dinero en mantener el deporte, lo toman como una forma de dar al pueblo lo que el pueblo quiere, mientras que los otros advierten que es un modo de generar tiempos de “no pensar”.

Las diferencias entre unos y otros abre brechas sociales, pero el planeta es el mismo, hay que compartirlo, de manera que una buena manera de pasar los mundiales, es tomándolo como fuentes de experiencias que pueden servir a un futuro que incluya ambos grupos.

Y al respuesta está en la tecnología y en la voluntad de los países de invertir en ello para dar conformidad a un deporte que no es sólo darle al pueblo lo que quiere, sino también generar dinero para sustentarse a sí mismo, acordando con la idea de sustentabilidad, sino también para el país anfitrión que debe recibir el retorno de la inversión en varios ceros por encima de lo invertido.

En este mundial se ha implementado un método para vigilar la posición de la pelota exactamente en el límite del arco. Sin tanta exactitud, después de todo es un buen método para mucho usos, sobre todo médicos, para filmar detalles que hasta ahora son un poco misteriosos. Ya se hace, claro, pero el costo de ello es particular, de clínicas que cobran por esos servicios un monto prohibido para la mayoría.

El dispositivo detecta campos magnéticos alrededor del arco, con lo que puede predecir si la pelota finalmente entrará, más allá de los pequeños cambios de las condiciones circundantes, lo podría definir con cierta probabilidad de aciertos.

El dispositivo envía una señal de vibración al árbitro, indicando que el gol fue realizado.

La pregunta es: para qué informarle al árbitro, si se lo conecta al tablero que indica el puntaje, cumple mejor el rol que el árbitro.

Si tales dispositivos se reparten por la cancha, no parece ser necesario un juez de línea o un árbitro, con un silbato electrónico que informe la situación, bastaría para evitar la enojosa situación de reclamos.

Sin dejar de lado la adolescente que le mostró al mundo el uso del exoesqueleto, con el que iniciaron el puntapié inicial, con un mensaje de: la tecnología lo puede todo, hay que reconocer que los mundiales nos dan sorpresas que esa dirección, que no deja de ser útil para terminan, aspectos en los que beneficia a todos, los que gustan del futbol y los que no.